Algunos se quedaron por el camino, pero siguen estando en el corazón, otros tienen secuelas más pequeñas o más grandes; y muchos van creciendo sin dificultad.
Cada uno es como es y así los queremos.
Una fecha que merece ser recordada
En una ocasión, una profesional del hospital se planteó en voz alta, que no entendía cómo a los padres de estos niños les gustaba recordar cada año lo duro que había sido el nacimiento con prematuridad de su hijo.
Desde mi experiencia en el hospital y con las familias tengo que decir que, cuando un niño nace con prematuridad, se produce un gran sufrimiento en la familia y en el bebé que lucha por su supervivencia; sin olvidar en este aspecto a los profesionales que los atienden en todos sus cuidados, a las familias que confían plenamente en estos profesionales y tratamientos para sus hijos-as y para los que están por nacer.
La ciencia y la prematuridad
Para saber qué es lo mejor para ellos, para que se desarrollen de la forma más favorable posible, nos asomamos a lo que nos dice la Ciencia.
En primer lugar, las investigaciones nos indican que actualmente en prematuridad vamos a encontrar más que una lesión cerebral concreta, que también, un mal funcionamiento de las conexiones en este órgano tan importante para la vida.
Este hecho puede provocar que los niños con antecedentes de prematuridad puedan presentar alteraciones sensoriales, de la postura y del movimiento; dificultades de relación social y de la conducta; y déficits cognitivos y de aprendizaje.
En segundo lugar, los estudios realizados desde los Servicios de Neonatología describen programas que fomentan la buena evolución de los parámetros vitales de los bebés, con cuidados basados en el desarrollo y atención e integración de las familias. También se describen programas de fisioterapia para la postura y movimiento, para la función respiratoria y para las funciones orofaciales. Y desde aquí, a la Atención Temprana, donde se muestra la importancia de la aplicación de programas precoces que eviten o minimicen las secuelas que puedan existir, así como los programas centrados en la familia.
En tercer lugar, desde la Escuela la investigación constata la necesidad de un seguimiento del aprendizaje, que permita mostrar las dificultades, si las hubiera y fomentar los apoyos necesarios para desarrollar al máximo las capacidades de cada niño.
Los familiares y profesionales que celebramos, junto con la Organización Mundial de la Salud, el día del prematuro necesitamos la sensibilización de Instituciones y Ciudadanía en general, para facilitar que se avance en el camino para alcanzar la mejor atención posible a esta población que, en cifras, representa un alto porcentaje de los niños nacidos en nuestra sociedad.