Los educadores sociales son profesionales que apoyan y protegen a las personas en riesgo de exclusión social con el objetivo de mejorar la integración de los colectivos especialmente vulnerables promoviendo su participación activa en la sociedad.
Estos profesionales trabajan con ciudadanos de perfiles muy diferentes, desde jóvenes con escasos recursos económicos, hasta personas con discapacidad o ancianos con una red de apoyo escasa.
Un elemento fundamental en la educación social es facilitar la articulación social e impedir la marginación y la exclusión, a través de un proceso de interacción social para apoyar al individuo y a los grupos de riesgo en cuestión, para que puedan desarrollar sus propios recursos en una comunidad cambiante.
Entre las competencias más generales :
- Transmisión, desarrollo y promoción de la cultura
- Generación de redes sociales, contextos, procesos y recursos educativos y sociales
- Mediación social, cultural y educativa
- Conocimiento, análisis e investigación de los contextos sociales y educativos
- Diseño, implementación y evaluación de programas y proyectos educativos
- Gestión, dirección, coordinación y organización de instituciones y recursos educativos
Educadores Sociales en Centros Educativos
La labor que desarrollan estos profesionales cubre las siguientes necesidades del ámbito educativo :
- Elaboración y evaluación de propuestas de programas de convivencia en el centro educativo.
- Colaboración con los órganos del centro en el cumplimiento de las normas del
centro y de su reglamento de régimen interno. - Diseño, implementación y evaluación de propuestas para fomentar las relaciones del centro con el entorno social en el que está encuadrado.
- Colaboración en el desarrollo de programas de educación para la salud, medio
ambiente, consumo en la tolerancia e igualdad, paz y otros que determine el Dpto.de Orientación o el equipo directivo u otros órganos. - Desarrollo de programas de interrelación con la comunidad desaprovechamiento y conocimientos de los recursos del entorno, laborales, naturales, etc.
- Creación de espacios y de equipos de trabajo mediadores y negociadores para la eficacia en la resolución de conflictos.
- Seguimiento y control de las situaciones de absentismo escolar, fracaso y violencia.
- Seguimiento y colaboración en la respuesta educativa al alumno con comportamientos problemáticos.
- Desarrollo de programas para prevenir y afrontar la conflictividad escolar y de integración escolar.
- Planificación, coordinación y desarrollo, con el departamento de actividades complementarias y extraescolares o con el AMPA o con el consejo escolar, de actividades socioculturales contextualizadas que mejoren las relaciones centro-entorno y que propicien la creación de redes de comunicación estables.
- Programación y ejecución con el Dpto. de orientación y el equipo directivo actuaciones encaminadas a garantizar la información puntual a las familias sobre el proceso educativo de sus hijos.
- Elaboración de programas de información, orientación y asesoramiento y asociación a los alumnos.
- Participación en los programas de asesoramiento, formación y asociación de padres y madres.
- Apoyo a la formación del profesorado.
El educador o educadora social y la discapacidad
La labor de comunidad de estos profesionales, es esencial en atención a las diferentes maneras de entender la discapacidad directamente relacionada en el proceso de aprendizaje de estas personas, ya que es un trabajo centrado en concepción social desde un modelo más integrador, que aboga por la autodeterminación individual, impulsando y defendiendo su participación en todos aquellos aspectos de su vida que le conciernen.
Desde la realidad que supone dar una respuesta educativa y/o social universal, para cada persona que presenta una discapacidad, dadas las numerosas formas de capacidades (motrices, sensoriales –visuales, auditivas, psíquicas, orgánicas, psicótico-comportamentales), estos profesionales cuentan con los conocimientos y herramientas necesarias para atender las necesidades que de forma simultánea presenten estas personas y que determinarán sus necesidades específicas.
La diversidad de contextos y entornos (hogar, centro educativo, a nivel laboral o profesional, acompañar en procesos, asesoraren la toma de decisiones…) en los que el educador y la educadora social pueden desarrollar su trabajo con personas con discapacidad permite desarrollar sus funciones de una manera individual o en grupo o bien trabajar con la población en general para la modificación de actitudes y conductas erróneas sobre la discapacidad:
- De manera individual: acompañamiento en su proceso de socialización para facilitarle el acceso a la cultura y la inclusión en la sociedad. Se tendrá siempre en cuenta la participación del sujeto, su identidad, sus necesidades y demandas, sus opiniones y sus decisiones.
- Con el entorno del sujeto: Es imprescindible el trabajo con el entorno, en el que aparece la relación con otras instituciones (escuela, mundo laboral, familiar, administración) y con la comunidad. Todo ello con el objetivo primordial de posibilitar la normalización e integración social de la persona con discapacidad.
Conclusión
La figura del educador o educadora social es de vital importancia en el desarrollo del niño o niña con discapacidad para fomentar su participación social y cultural, evitando de esta manera la exclusión social y la invisibilización del colectivo. Desde la responsabilidad ética y moral de dar voz en los procesos de participación ciudadana, el trabajo de estos profesionales garantizan el derecho de autodeterminación y del bienestar personal asegurando el acceso al ocio y tiempo libre.
“No somos arquitectos, pero construimos sueños; ni somos policías, pero evitamos delitos e injusticias; ni médicos, pero curamos heridas: Soy Educador social.”